El instinto natural nos guía a la protección de nuestros niños, porque la supervivencia de una sociedad, de un pueblo, pasa por cuidar, defender, educar y guiar a sus hijos.
Ante la situación de incertidumbre e inseguridad social creada, estamos dejando que se recorte la calidad de la enseñanza, sin pestañear.
A la vuelta del verano nos encontraremos con el fin de la gratuidad de los libros de texto, que el centro de recursos de profesores de Graus ha desaparecido, que se abandona el programa que enseñaba a trabajar al tercer ciclo con los tablets, que no se sustituye al maestro que se pone enfermo hasta la segunda o tercera semana, que tenemos menos profesionales para el mismo trabajo…
Por no decir, lo que puede suceder cuando salgan los chavales del Valle para estudiar. Ahora somos la generación de padres autóctonos que salimos becados, por lo menos en residencia, a estudiar BUP y que una vez formados regresamos ¿tendremos que ver como nuestros hijos no tienen esa oportunidad?
En estos momentos ya existen recortes “disimulados”, retrasando los pagos de funcionamiento a los centros, con lo que se viven situaciones muy tensas por parte de los responsables, que acaban teniendo que preocuparse más por la gestión, que por la educación.
Nosotros tenemos que exigir a las personas que nos representan que respeten nuestras prioridades, no es ir en contra de nadie, es ejercer nuestra obligación como ciudadanos.
POR ESO HOY NOS HEMOS CONCENTRADO POR NUESTRA ESCUELA, PUBLICA, DE CALIDAD Y CON RECURSOS.
