El interés que los pequeños sienten por el arte es innato. Visitar con ellos una sala de exposiciones es siempre interesante y motivador.
Si además, contamos con la presencia del artista, la experiencia se convierte en un actividad que potencia la capacidad de observar, analizar y hacer hipótesis sobre el significado de las esculturas, fomenta la comunicación, despierta la creatividad…
Visitar la exposición de Rubén Aranda Gallardo, y atender a sus explicaciones, fue una excelente idea para acercar a los niños al arte, en su entorno más próximo.
¡Gracias!
“Dolor ajeno” y otras obras de Rubén Aranda
Una muy grata experiencia. ¡Muchos ánimos a los jóvenes artistas!