En el taller de hoy Sergio nos ha enseñado primero porque es especial el nueve:
- Si sumas un número a nueve y sumas las cifras del resultado entre si, siempre da ese número que has sumado al nueve. Por ejemplo: 9+5=14 y luego 1+4=5
- Si múltiplicas un número por nueve y luego sumas las cifras del resultado entre si, siempre da nueve. Por ejemplo: 9×3=27 y luego 2+7=9.
Curioso ¿no?
Luego hemos hecho meditación. Él nos iba explicando de que iba la meditación mientras tomábamos nota de algunas cosas.
Nos hemos inventado una forma de meditar que se llama “sécate” y sirve para:
- relajarse
- vaciar la mente
- tranquilizarse
- no ponerse nervioso
- divertirnos
- escuchar-nos
- estar contentos
- estar en el presente
pero al final ha sido Aiçà la que se ha dado cuenta de que también es importante, sobre todo, para “darse cuenta”.
Nos ha explicado que hay dos tipos de meditación que son:
- Concentración: Que estás tan concentrada en una cosa que no te enteras de nada más.
- Centramiento: Que estás concentrada en una cosa pero te enteras del resto de cosas que ocurren a tu alrededor.
Y que para meditar se necesita un soporte en el que poner la atención: sonidos, cosas que vemos como una flor, un pájaro, un punto en una pared, cosas que sentimos en nuestro cuerpo como la respiración, palabras, historias que escuchamos o pensamos,… Y tenemos que poner nuestra atención en el soporte que elijamos.
Para practicar nos hemos centrado primero en un soporte que eran los sonidos que hacían Aiçà, José Luis y Sergio.
Juan, María e Irene hemos cerrado los ojos y hemos hecho el “mudra” de la ecuanimidad con las manos y que ayuda a meditar.
Cuidado porque es diferente para chicas y para chicos. Las chicas ponen la mano izquierda sobre la derecha y los chicos la derecha sobre la izquierda. Los dedos pulgares sólo tienen que rozarse sobre las manos.
También nos hemos centrado en otro soporte que era la respiración. Hemos vuelto a cerrar los ojos y a hacer el mudra de la ecuanimidad contando en silencio por cada espiración que hacemos, cuando sacamos el aire por la nariz, y contando hasta 21 y cuando llegábamos a 21 volvíamos a empezar. Si nos perdemos contando también tenemos que volver a empezar.
Luego nos ha enseñado que también existe la meditación reflexiva y la no reflexiva:
- Reflexiva: utilizamos como soporte conceptos, palabras con sentido, para crear realidad y trabaja con el pensamiento. Ha sido muy divertido meditar mientras nos contaba una historia como un cuento que nos ocurría a nosotras y sentíamos cosas según lo que decían las palabras de la historia.
- No reflexiva: no trabaja con el pensamiento, trabaja con la atención, el soporte no son los conceptos ni las palabras sino otras cosas. Por ejemplo la que hemos hecho fijándonos en nuestra respiración y contando hasta 21, o la de poner la atención en escuchar sonidos.
Ha sido muy chuli! y hemos aprendido cosas muy curiosas que no conocíamos. Gracias Sergio.