“LES FALLES” DE SAHÚN

Tomás, el abuelo de Álvaro, nos ha estado contando a las niñas y niños de la escuela de Sahún y a Carmen Castán, nuestra profe de patués, como se preparan “les Falles” que se queman en la noche de San Juan.

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“Les Fallas” son una de las tradiciones más ancestrales de la Alta Ribagorza, todavía viva en la parte aragonesa gracias a las personas de Sahún que continúan fabricando y quemando estas originales antorchas durante la noche del 23 de junio.

Antes eran los jóvenes solteros del pueblo los que subían por el camino de la montaña hasta la “arena”, un poco más abajo del “Fort de calsina”, antiguo horno de cal, y el último casado encendía la hoguera que habían preparado durante todo el día. En ella iban prendiendo “les falles” que bajaban corriendo hasta la plaza donde esperaban los materiales para encender la gran hoguera del pueblo. Repetían así, seguramente sin saberlo, el viejo mito de Prometeo robando el fuego a los dioses del Olimpo y entrgándolo a los seres humanos.

Por todo el camino que viene de San Pedro Mártir, por la ladera de la montaña, podía verse esa sorprendente “procesión” de enormes antorchas que los mozos bajaban lo más rápido que podían para llegar los primeros a la plaza.

Luego, una vez consumidas, se recogían los restos de “les falles” y se clavaban en medio de los huertos para protegerlos del “polegón”.

En la actualidad son los niños y niñas y las personas jóvenes, a veces se anima alguna persona mayor, quienes vuelven a encender y mover “les falles” cada año y les dan vueltas y vueltas sobre sus cabezas, lo cual requiere de mucha habilidad, destreza y valor, hasta que apagan sus últimos rescoldos.

Es impresionante ver esas grandes bolas de fuego en la noche girando y girando sobre las cabezas de los mozos, y de las mozas que ya participan, soltando multitud de pequeños trozos de “albá” encendidos que van llenando el cielo y el suelo, como una alfombra de llamas, con su magia. Además, el sonido del fuego girando en el aire completa un espectáculo misterioso e inolvidable que nos retrotrae a la noche de los tiempos.

Pero para que el ritual se repita cada año es necesario seguir preparando “les falles” y es lo que hacen varias personas de Sahún como Juan de casa Joaquín de Mata, Marcial de casa Albá, Salvador de casa Fustero, Juan y Andrés de casa l’Albardero, José Luis de casa Riu o Tomás de casa Colás. Seguramente habrá otras, pero no tengo la información ahora por lo que les pido disculpas y animo a añadir sus nombres en un comentario al final del artículo y así completalo.

Hoy hemos estado con Tomás. Nos ha enseñado “les falles” que ya tenía preparadas porque tuvo que coger las cortezas de “albá” (abedul) hace unos días para que comenzaran a secar y que no estuvieran demasiado húmedas la noche de San Juan.

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Con unas cortezas que tenía guardadas y otras que hemos cogido con él nos ha enseñado como hace “les falles”. En esta primera fase de desprender las cortezas del “albá” hay que tener mucho cuidado para que el árbol no se dañe gravemente y pueda volver a regenerar su corteza.

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Luego dobla las cortezas, prepara una vara de avellano y la abre en su punta a lo largo.

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Pone un alambre para que no se abra más abajo y coloca las cortezas de “albá” dentro de la raja.

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Hace unas muescas en la punta para que el alambre que la cierra no resbale y lo retuerce para sujetar firmemente las cortezas de “albá”.

A veces, si son grandes las cortezas, les ata unas cuerdas e incluso unas tablas aplanándolas, para que al secar no se enrollen y así se mantengan sin doblarse para el gran momento.

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Y ya sólo queda esperar a la noche del 23 de junio para repetir, un año más, esta tradición tan especial que señala el solsticio de verano y su comienzo.

Desde el cole queremos dar las gracias a Tomás por sus enseñanzas y por dedicar parte de su tiempo, una vez más, a que los niños y niñas de nuestra escuela tengamos un poco más cercano nuestro pasado. Y también a las demás personas que participan en “les falles” por ayudar a que una tradición tan interesante continúe viva en nuestros días.

Cuando llegué la noche de San Juan, una noche especialmente mágica en nuestra cultura y en Sahún, estáis invitados a presenciar “les Falles” en directo. Sólo tenéis que acercaros al atardecer…

Y, aunque no es lo mismo que vivirlas, aquí tienes unas imágenes de “les falles” ardiendo y de la lluvia de fuego que provocan.

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